Blancos de borgoña

Los borgoñas blancos apasionan, tanto o más que los tintos. La fascinación que provocan, y viene de largo, se debe, en primer lugar, a la perfecta adaptación entre variedad, clima y suelo. Pocas variedades de uva están tan a gusto en su territorio como la Chardonnay en la Borgoña. Se aprecia allí donde importa, en aromas siempre elegantes y en sabores armónicos donde la fruta se entiende con la acidez y donde la crianza aporta consistencia sin que apenas se note.

Y, además, podrás disfrutar de tres borgoñas bien diferentes, aunque se elaboren con la misma uva. El del productor Philippe Naddef procede del pueblo de Marsannay, al norte de la región, donde los expertos buscan y siguen encontrando joyas cada más atractivas. Domaine Jean Collet nos brinda la oportunidad de beber un Chablis modélico: fino, contundente, largo… Y Patrick Javillier es, sencillamente, uno de los maestros del pueblo de Meursault, como demuestra su exquisito Cuvée des Forgets, uno de nuestros blancos preferidos desde hace años.